El Regreso (balance de mi viaje por Europa)
“Life is lived forwards but understood backwards” (La vida se vive hacia adelante pero se entiende hacia atrás) (Lo mismo pasa con los viajes)
[singlepic id=5037 w=625 float=center]
[singlepic id=5051 w=625 float=center]
—Si hicieras un balance viajero, ¿crees que cumpliste todas tus expectativas en este último viaje?
—No podría decirte ni sí ni no, porque en este viaje me fui de Argentina sin expectativas, me dejé llevar, viví más que viajar. Como no vine buscando “algo”, no vine con una ruta ni con un plan estricto, dejé que las cosas “me pasaran”, dejé que este viaje “me encontrara”…
El que me pregunta esto es Guido, un amigo argentino al que no veía hacía por lo menos tres años. Nos reencontramos en el kilómetro cero de Madrid el jueves a la noche, 24 horas antes de que me tomara el avión de España a Argentina, y fue como si esos tres años de distancia nunca hubiesen existido. Nos encontramos tras mi viaje de cinco meses por España, por Marruecos, por Suecia y por España otra vez. Nos encontramos en el momento justo para hablar de esto (de mi regreso, del balance viajero, de mis conclusiones). Lo que él me pregunta yo ya lo venía pensando, aunque con otras palabras. Más que en mis expectativas, en los días anteriores a mi regreso me la pasé pensando en mi aprendizaje.
[singlepic id=5054 h=625 float=center] Las fotos de este post, como verán, son fotos sueltas que no tienen que ver con nada, pero que me gustan y me quedaron pendientes de subir…
Este viaje, a diferencia de todos los que hice anteriormente, fue un viaje de personas. A cada lugar de España al que viajé lo hice porque alguien me esperaba, porque alguien me había invitado, porque alguien me iba a recibir. No vi, por ejemplo, Madrid desde una torre con vista panorámica, pero compartí una charla y un café con dos bloggers de viaje. No estuve, digamos, en Ibiza, pero conocí en persona a mi familia asturiana y compartí varios días de mi vida con ellos. No conocí la Alhambra (lo lamento, sí, pero volveré), pero me reencontré con una amiga argentina a la que no veía hacía diez años. No fui a Portugal, pero cuando llegué a mi casa me esperaban dos lindísimas postales de Aveiro y Lisboa, enviadas de puño y letra por mi lectora y amiga (virtual, por ahora) portuguesa. No recorrí todo Marruecos, pero me hice amigos nómadas y sentí cómo el mar me curaba el alma.
[singlepic id=5033 w=625 float=center] La planta-pájaro (dicen que vuela cuando nadie la ve)
[singlepic id=5034 w=625 float=center] “El huevo” de la Plaza Monumental de Barcelona
[singlepic id=5049 w=625 float=center] Sombra de un farol en Girona
Ya sé, me faltó conocer muchísimo del país. Me faltó conocer todo el resto de Europa. Lo que pasa es que esta vez en vez de viajar en busca de paisajes, monumentos, arquitectura, ciudades o pueblos, me moví en busca de personas. Viajé a través de la gente. Crecí a través de la gente. Tuve más abrazos que en cualquier otro lugar del mundo. Recibí más verdades que en cualquier otro momento de mi vida. Aprendí que lo que más me llena en un viaje es conectar con la gente, hacerme amigos, conocer a cada persona que se cruza en mi camino. Aprendí, también, que lo más difícil es justamente eso, porque cada nueva amistad ya viene con fecha de despedida. Aprendí, sin embargo, a convivir con esa realidad, a aceptar que mientras siga siendo viajera siempre tendré que seguir despidiéndome de la gente que quiero. Porque no me queda otra, si quiero seguir viajando por el mundo, tengo que aprender a decir “hasta pronto” (y a confiar en que la vida nos volverá a cruzar). Aprendí, gracias a eso, a no sufrir por la separación, sino a vivir cada momento con intensidad, a disfrutar de mi relación con cada persona, dure lo que dure. Aprendí a reconocer que ninguna despedida es para siempre, y que lo bueno de viajar es que tendré amigos en todas partes del mundo, lo que hace que mi vida sea más feliz. Y aprendí, también, que no me va a dar la vida para conocer todos los rincones del mundo, que es imposible visitar todo, y que tendré que ir creando mi propia ruta, mi caminito en este planeta.
[singlepic id=5052 w=625 float=center] Juguemos
[singlepic id=5044 w=625 float=center] En el lugar que sea, hay que jugar. Saltar.
[singlepic id=5038 w=625 float=center] Soplar burbujas gigantes.
[singlepic id=5048 w=625 float=center] Sentarse en una fuente, en medio del tráfico, a charlar.
[singlepic id=5047 h=625 float=center] Hacer arte.
[singlepic id=5053 w=625 float=center] Crear mundos de colores, como el artixta :)
[singlepic id=5046 w=625 float=center] Y no perder la conexión con el otro, nunca.
El día antes de irme me reencontré con Irene, una argentina amiga de mi mamá que vive en Madrid hace más de cuarenta años, y cuando hablamos de este tema (ella también sabe de despedidas) me regaló una frase que quedará para siempre entre mis enseñanzas de cabecera: “Más vale la pena, que la nada”. Mejor vivirlo, aunque sea corto, que no animarse por miedo a sufrir después.
[singlepic id=5045 w=625 float=center] O, como dirían, “quién me quita lo bailado”.
[singlepic id=5041 w=625 float=center] Del otro lado del puente siempre habrá algo nuevo.
Y ahora, estando acá en Buenos Aires, otra vez frente a mi ventana, me doy cuenta de que no hay nada como un regreso para entender cómo fue un viaje. Si bien yo puedo ir relatando lo que vivo, pienso y siento a medida que viajo (“el minuto a minuto del blog”), la distancia que me da el retorno me permite ver todo desde otro ángulo y tener una idea más global de lo vivido. Cada vez que vuelvo entiendo cómo fue el viaje, por qué viví lo que viví, qué aprendí y en qué aspectos crecí. Además, cada vez que vuelvo logro entender aún más los regresos anteriores. De los cuatro “grandes” regresos que hice (ni que fuera una banda de rock, che), este es el más feliz. Cada regreso fue distinto, porque cada viaje, a su vez, tuvo su propia personalidad. En mi primer regreso me deprimí, en mi segundo regreso entendí que no soy inmortal (gracias al amigo dengue), en mi tercer regreso me sentí sola y lejana (ya ampliaré todo esto en otro post) y en este regreso me siento feliz, tranquila, segura. Esta vez no siento la vuelta como algo malo. Vuelvo muy bien, y eso significa que mi balance viajero es más que positivo.
[singlepic id=5035 h=625 float=center]
[singlepic id=5039 w=625 float=center]
[singlepic id=5050 h=625 float=center]
Gracias por compartir
El regreso, después de todo también es un viaje. MIs regresos son incomparables (o mejor, los viajes que hice son incomparables con los tuyos que duraron tanto), pero si hay algo que me gusta de regresar, es encontrarme en un lugar propio, mi almohada :), y la tranquilidad de no tener que buscar donde dormir…y eso que contas, es como encontrar un tiempo para ordenar lo que nos deja un viaje. Dura unos días, pero se disfruta…(buen post)
AY ANIKO!! GRACIAS, gracias por un nuevo post, que (AL IGUAL QUE TODOS LOS ANTERIORES) hace que me baje del caballo y me de cuenta de lo que realmente vale la pena, y que hace a su vez, que me encuentre conmigo misma. De verdad que este post “me vino justito”… sin darme cuenta casi casi caigo en la rutina. pfff me salvaste!
Me encanto el post Aniko, Admiro tu escritura!!!!!
Que bueno que esta vez hayas vuelto bien. Creo que a medida que vamos creciendo, madurando empezamos a aceptar más las cosas como son y no tanto “como yo quiero que sean”. Es el camino del crecimiento sano.
mi blog: pandecadadia.org
Aniko…
que lindo lo que escribis…. como bien sabes,en la vida del nómade no hay regresos…siempre es un ir…cada viaje tuyo a la Argentina fue diferente…a qué regresaste entonces, si lo que te esperaba en Argentina no era lo mismo que habias dejado en tu visita anterior?
Y como los viajes, la vida es siempre un ir…. y en ese permanente ir, devenimos en quien queremos ser…nos reinventamos, descubrimos que estamos vivos y que todos los dias, por más invisible que parezca, hay un momento – pequeño pero está- donde, si estamos atentos, se nos presenta la alternativa de ser alguien diferente…
Un placer, como siempre, leerte!!!
Besotes
Naty
Hermoso post Aniko, tan gráfico !! tan !!!
Aniko que bellas palabras que nos hacen emocionar y que bueno poder tenerte cerca ..creo que me hare una escapada a bue y seguro te invitare un cafe para conocernos ,aunque creo ya conocerte …vos me entendes ..jeje saludos amiga .
Saludos viajera del mundo
Qué bien lo graficas con tus palabras. Parece que lo dibujaras y puedo entenderte tan bien como si fuera yo quien lo escribiera. Claro que yo no tengo tu expresión, pero sin viajar tanto, tengo tus pensamientos (como supongo que también muchos por aquí) y puedo lograr entenderte (como seguramente muchos, también).
Sabes, hace poco ví una película que me dijeron mis amigos que la mire (porque quiero largar todo e irme al carajo). La peli se llama Hacia rutas salvajes. Seguro la has visto, y seguro mas de un viajero por el mundo la vió. Te cuento esto porque en un tramo de tu escritura has de señalar bien que hay cosas por las que vale la pena estar en compañía y compartir. Y eso es, en mi caso, de lo que yo tambien más disfruto y de lo que vos tan bien describís cuando decís que de cada lugar lo que más te llena es “conectar con la gente y hacerte de amigos”, y en la película que te estaba contando que vi, el protagonista, un viajero bohemio y romántico, se da cuenta de eso al final de todo, lástima que ya no hay vuelta atrás, pero no te la quiero contar por las dudas (jiji). Pero en fin, la frase de la película que resumiría todo perfecto como para este post sería “la felicidad sólo es real cuando es compartida”. Y sabes qué, además? cuando terminé de ver esa peli, mientras me secaba los mocos y las las lágrimas pensaba en tí y en muchos otros viajeros que con sus blogs, anécdotas e historias me han inspirado y la verdad que los admiro cada día más.
Seguro no tienes tiempo para ver tv (ni yo lo haría, si viajara como vos) pero está buena la peli para la reflexión con tus amigos y gente viajera. De verdad, hace pensar.
Y bueno, no sé, todo tiene conexion ultimamente, mis ganas de viajar, la peli, este post… capaz me vaya nomás… al menos por un tiempo. También me hiciste pensar… Que sigas radiante y este finde no me pierdo la charla!!!! :)
Lo que hace especial un viaje son las personas que te encuentras en el camino, sin duda.
Un abrazo :)
Qué bonitas reflexiones… me parece que este ha sido un viaje muy auténtico, como deberían ser todos… a veces viajamos a prisa, para ver lugares que en casa sólo alcanzábamos a soñar pero con las prisas se pierden muchas otras cosas, en especial compartir esos buenos momentos con gente de todo el mundo. Me alegro mucho por tí que hayas tenido la osadía y la suerte de vivir un viaje tan bonito e intenso. Y que hayas vuelto a tu tierra renovada, así es como deberían ser todos los viajes.
Un saludo desde Holanda,
Sonia.
Aniko…
Mais um texto que é uma voz , a tua, muito autêntica e generosa. Obrigada pelas palavras que me integraram no teu texto, fico feliz por saber que os meus postais, de lugares do meu país te encantaram :) Estou à tua espera, já sabes ;) quando quieras, amiga!
Gostei muito das tuas reflexões. Tenho aprendido contigo a viajar melhor…Obrigada!
Bienvenida a Argentina!!
Es reconfortante leerte y apreciar la vida en fotos. Yo también viajé en busca de personas y aunque no pude encontrarme con todas, me encontré con más de lo que esperaba, con afecto y aliento que no imaginaba. Fue invierno en España e Italia, me faltó el mar pero me sobró alma.
Tu relato hace crecer mi fe en un próximo viaje, en más abrazos, más lugares, más tierra, más historia.
Este fue mi primer regreso, y fue (y sigue siendo) bastante duro, pero me alegro al recordar los momentos vividos, quizás por eso de que fueron compartidos, y entonces cómo no anhelar una ronda más?
Teniendo en cuenta el comentario que te hizo tu amiga Irene, te dejo para la reflexión dos lineas de un poema de Miguel Hernández: “Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría”. Y creo que se adapta perfectamente al sentimiento de ese momento.Felicitaciones por el post y Wellcome!!!
Aniko, gran reflexión que bueno saber que ya andas de vuelta en tu hogar.
espero seguir leyendo tus viajes me has cautivado eh leido todos… horas y horas, de concentración imaginando tus palabras y mas aun, viendo tus imágenes relacionándolas con que yo voy en este viaje.!!
un abrazo
¡Hola Aniko!
Tu blog ha sido uno de los mejores hallazgos que he tenido últimamente. Al igual que tú, me apasiona mucho viajar y sueño con un día con tomarme algunos años dedicados exclusivamente a esa actividad (tope donde tope jajaj) Por lo pronto, viajo pero haciendo recorridos cortos y en esta ocasión voy a ir a Marrakech por seis días, muy posiblemente sola. He leído montones de advertencia al respecto de andar sola por allá, pero es más grande mi deseo de conocer aquellos lugares que cualquier contratiempo que pueda surgir. Mi pregunta es: ¿qué lugares me podrías recomendar cerca de Marrakech aparte de Essaouira para esa cantidad de días? La otra cuestión es que parte en junio, mes caliente y dudo que el desierto pueda ser una opción, pero soy originaria de Monterrey México y el calor y los climas extremos aquí, son algo aparte. Nuevamente te agradezco cualquier recomendación que me puedas dar y estaré pendiente de tus próximas entradas a tu blog.
¡Un abrazo! =)
Hola aniko.
Quiza pueden ser los lugares; puede que los lugares sin coordenadas donde has estado, sean los que ‘sosegados’ te han comprendido i enseñado caminos, y alguno que otro de regreso.
Con un cafè pendiente en BCN, Un abrazo, Florent
Queda pendiente el café, Florent!
Ya volveré a mi querida Barcelona.
que facil que es viajar con sponsor y volver cuando uno quiere
total viajar es re facil y gratis
Qué lindo sería que viajar fuera gratis! Fácil seguro que es, gratis lamentablemente no.
Pero sí, es más fácil viajar con sponsors, pero para llegar al sponsor tiene que haber mucho trabajo previo. Qué lindo sería que además de viajar gratis, en vez de llover agua, me llovieran sponsors. Digo, como para justificar tu comentario y la ironía. Saludos!
No le hagas caso a los envidios@s.
Aunque viajar si puede ser “gratis” Aniko: yo por ejemplo aprovecho las becas que logro obtener como profesional para para viajar y formarme. Así estuve en Perú y se viene Bolivia y España.
Mi viejo viene de una familia humilde, y en aquella época en que no había internet, se puso a escribir cartas para gestionar becas, y de esta forma estuvo un año en Inglaterra, 3m en EEUU, 6m en Holanda, 6m en Perú, y de no haberse pescado una hepatitis hubiese conocido Japón. Todo depende de la decisión de cada uno, luego todo llega.
Hola Aniko: Me encantó tu blog.
Soy viajera nómade digital como vos, y he regresado a Buenos Aires este año.
Mi último viaje fue una vuelta al mundo en un barco llamado Peace Boat. Quiero compartirte a vos y a todos tus lectores mis experiencias en
Gracias por tus relatos, nutren la vida de los que leemos.
¡Un brindis por el eterno viaje, por las mil y una culturas y los infinitos rincones!
Claudia
Momentos que no duren infinito, sino que sean infinitos mientras duren.